El Banco de Plaza, es el habitante obligado, de parques, paseos públicos, cementerios, club house e inclusive el jardín de una casa particular.

La diversidad de ambientes en los cuales aparece el banco de plaza, ha puesto a quienes lo diseñaron en el compromiso de tener en cuenta, algunos detalles: confort, deseos de permanecer, asociarse con el paisaje y dar imagen de calidez; debe invitar a la comunicación con otros seres humanos, con la naturaleza o con uno mismo.

Todos esos detalles, han sido tomados en cuenta en estos bancos de plaza, por ese motivo, las quince tablas de los tradicionales, han sido reemplazadas por siete mas robustas, de palo amarillo, dispuestas anatómicamente, que se funden con el paisaje; las patas, son de fundición de hierro, lo que evita el contacto de la madera con el suelo, preservándola de la humedad y en las cuales se ha tenido en cuenta la curvatura del respaldo, para generar confort y deseos de permanencia.

El banco de plaza es ese elemento que pasa desapercibido, hasta que nos sentamos y ese es el momento en el que nos damos cuenta, si forma parte de nosotros o no.